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Alcohol, Daño y Familia

Por Dr. Armando García Martínez,

Especialista de primer grado en Medicina

General Integral y Psiquiatría.

Reimpreso de (Boletín Ganar Aliados no.27 en 2007) con permiso de la Central Mexicana de S.G. de A.A., A.C.

Cuando se habla de alcoholismo y daño, la mayoría de las personas piensan en los estadíos finales de la enfermedad, sin embargo, antes de llegar a esta fase, aparecen toda una serie de alteraciones que imbrican a otras personas que, en el caso de ser familiares, pueden ser dirigidas: en sentido vertical a los padres en un extremo y en el otro a los hijos, en sentido horizontal al cónyuge y otros familiares o convivientes.

 

De los daños que produce el paciente alcohólico a la familia el más grave es el que se relaciona con el aparato psicológico, el cual se resume en: personas y esferas.

 

En relación con las esferas, a partir de los efectos del tóxico, el individuo renuncia de modo progresivo a todo aquello que no se relaciona con el consumo, ya sea social, espiritual, económico, afectivo, moral o en cualquier otro que tenga que ver con el funcionamiento familiar.

 

En cuanto a las personas es más específico:

 

-Padres: sentimientos de culpabilidad, inseguridad por no poder contar con la persona de apoyo en una edad de pérdidas, y angustia ante la imposibilidad de ayudar a su hijo que padece una enfermedad grave.

 

-Esposa: stress por sustituir a la figura masculina de forma compensadora, frustración por deterioro de la relación, tristeza por incapacidad de brindarle ayuda, angustia a causa del maltrato (físico en ocasiones), ansiedad de renuncia a una vida plena y frente a sus hijos se sentirá intensamente culpable.

 

-Hijos: ambivalencia o rechazo hacia la figura paterna, sentimientos de abandono, minusvalía, inferioridad, así como también agresividad, imitación y alteraciones de la conducta.

 

 

Todo lo anterior provoca la aparición de enfermedades mentales (cuadros depresivos, ansiosos) sobre todo en los hijos, dada su vulnerabilidad, dentro de las cuales se describen con mayor frecuencia los trastornos de personalidad, que afectarán su capacidad adaptativa por el resto de la vida. Son necesarios la prevención y el diagnóstico temprano como forma de evitar el daño en la familia del paciente alcohólico.