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La dependencia del alcohol daña el cerebro

Reimpreso de (Boletín Ganar Aliados no.48) con permiso de la Central Mexicana de S.G. de A.A., A.C.

El médico continúa:

 

«El alcohol proporciona un efecto tranquilizante que está relacionado con circuitos neurobiológicos de recompensa y de placer, así como con la dopamina, substancia producida en el sistema nervioso. Cuando aumenta su consumo se producen cambios en estos circuitos que, a su vez, provocarán modificaciones a nivel cerebral, pero también hepático y corporal.»

 

El alcoholismo es una enfermedad que se define como dependencia al alcohol, y que está relacionada con dos factores: un síndrome de abstinencia y un síntoma de tolerancia. El primero significa que el organismo necesita esa sustancia para funcionar normalmente y que cuando no la tiene se generan reacciones como temblor, inquietud y desesperación, que solo desaparecen cuando la persona vuelve a consumir alcohol.

 

<<El síntoma de tolerancia es cuando el organismo va adaptándose a consumir mayores cantidades de alcohol, generando cambios biológicos y bioquímicos que permiten que la persona ingiera esta sustancia cada vez más».

 

El Dr. Guerrero López asegura que estos dos factores no dependen del tiempo durante el cual se haya bebido alcohol, sino más bien de su aparición: «Hay personas que tardan más tiempo y otras que consumen de manera consuetudinaria y no lo desarrollan, porque también depende de las cantidades; hay gente que con menos copas se marea y otras que necesitan muchas, sin que presenten esa tolerancia que se va creando cuando uno consume alcohol».

 

Trastornos como la depresión o la ansiedad se vinculan con la enfermedad del alcoholismo y viceversa. Aunado a esto, el especialista señaló que en las mujeres ha aumentado la propensión a beber alcohol como una forma de disminuir el dolor emocional durante sus estados depresivos.

 

Además, conforme aumenta la dependencia del alcohol, el cerebro se daña y se llegan a desarrollar trastornos parecidos a la demencia o psicóticos como la esquizofrenia. «Para que un alcohólico se vuelva agresivo, desinhibido o violento dependerá del tiempo y la cantidad de alcohol consumido, así como de qué tan dañado se encuentre su cerebro » —comentó.

 

 

¿Qué es el alcoholismo?

El alcoholismo ha sido médicamente reconocido como una enfermedad incurable, progresiva y mortal. La Organización Mundial de la Salud lo define como «Toda forma de embriaguez que excede el consumo alimenticio tradicional y corriente o que […] sobrepasa los linderos de costumbres sociales […] Enfermedad que afecta no solo la vida de quien la padece sino también la de quienes se encuentran a su alrededor».

 

En México, la Comisión Nacional contra las Adicciones (conadic), el Instituto Nacional de Psiquiatría y la Secretaría de Salud informan:

 

«Aproximadamente el 6 % de la población desarrolló dependencia del alcohol. Lo que equivale a 4.9 millones de personas. Aqueja al 10.8 % de los hombres entre 12 y 17 años y al 1.8 % de las mujeres. Afecta a 4.1 % de los adolescentes y 6.6 % de los adultos. Este índice aumentó significativamente entre los hombres del 2008 al 2011, nuevamente con menos distancia entre hombres y mujeres adolescentes (tres hombres por cada mujer) que lo que se observa en la población adulta (siete hombres por cada mujer).»

 

La proporción de mujeres adultas con dependencia (1.7 %) es similar a la observada en mujeres adolescentes (2 %), indicando un fenómeno más reciente; entre los hombres hay dos adultos con la condición por cada adolescente».

 

La Secretaría de Salud indica que el alcoholismo en la juventud se considera un problema importante que atender, ya que la quinta parte de los accidentes viales se relaciona con la ingesta de bebidas alcohólicas y se encuentra entre las 10 principales causas de discapacidad en los jóvenes, lo que afecta directamente en su vida.

 

El Instituto Mexicano del Seguro Social (imss) menciona que «El ausentismo por alcoholismo o sus secuelas es elevado —aunque se justifica con comprobantes médicos como intoxicación alcohólica o se asocia con otro tipo de padecimientos—». Este

instituto del gobierno federal atiende, según su informe, alrededor de mil casos semanales, diagnosticados como deshidratación o desequilibrio hidroelectrolítico. «Los profesionales de la salud involucrados en las múltiples estrategias de prevención, diagnóstico o tratamiento de la enfermedad del alcoholismo refieren que, en México, más de 34 millones de personas consumen frecuentemente bebidas con alcohol —sobre todo en poblaciones urbanas, y son los varones más que las mujeres—. El abuso de alcohol representa 9 % del peso total de la carga de enfermedad, sobre todo por su impacto en la cirrosis hepática, con 39 %; las lesiones por accidente de vehículo de motor, con 15 %; la dependencia alcohólica, 18 %; los homicidios, 10 %, además de cerca del 60 % de la violencia intrafamiliar. La importancia de este problema en la salud en general es innegable, ya que estudios efectuados en las salas de urgencias documentan un elevado nivel de ingresos por traumatismos y accidentes, con niveles positivos de alcohol en sangre de hasta 21 %, el doble de lo observado en Estados Unidos, por ejemplo».

 

Además, diversas instituciones de prestigio de los sectores público y privado, que presentaron sus estudios en los foros «Semana Nacional de los Jóvenes», coincidieron en

que es muy alto el consumo de alcohol por parte de los jóvenes mexicanos en sus horas y sitios de esparcimiento, e informan de que el 95 % de los jóvenes en México bebe (es decir las personas que tienen entre 12 y 38 años de edad), y, de estos, dos de cada 10 tienen un consumo riesgoso —a quien Alcohólicos Anónimos define como un bebedor problema: alguien a quien la bebida causa un continuo problema en cualquier aspecto de su vida.

 

 

 

Continuará...

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